Mirar la muerte. Hacia una definición de la fotografía contemporánea
Uno de los inventores de la fotografía, Hippolyte Bayard, resentido porque Louis Daguerre, inventor del Daguerrotipo, registró primero la invención de la fotografía, provocando que el gobierno francés le negara el reconocimiento social y económico de ser uno de los inventores de este procedimiento. Utilizó el tema de la muerte para hacer la primera fotografía que podríamos considerar “contemporánea”, en 1840. Suena a contradicción pero más adelante me explico.
La fotografía de Bayard, titulada “Autorretrato de un hombre ahogado”, es una fotografía que me fascina porque, como se dice comúnmente sobre las piezas de arte, tiene muchos niveles de lectura.
En la parte de atrás tiene un texto que dice:
“El cuerpo que ven aquí es el del señor Bayard, inventor del proceso que se les acaba de mostrar. Por lo que sé, este experimentador infatigable estuvo ocupado por más de tres años con su descubrimiento. El gobierno que ha sido tan generoso con el señor Daguerre, ha dicho que no puede hacer nada por Bayard, y el pobre hombre se ha ahogado. Ha estado en la morgue por varios días, y nadie lo ha reconocido o reclamado. Damas y caballeros, mejor se apuran a pasar, por miedo a ofender su sentido del olfato, pues como pueden observar, la cara y las manos de este caballero están comenzando a descomponerse.”
Regresando a los distintos niveles de lectura:
Primero, es una puesta en escena, el autor construye una ficción para materializar y hacer visible una idea, la idea de representar a un muerto en la primera acción para la cámara de la historia.
Segundo, es una denuncia, el autor se queja, utilizando a la fotografía como medio de comunicación, por no ser reconocido como inventor de la fotografía.
Tercero, escribe un statement, un texto que acompaña y da sentido a la imagen, un texto por demás irónico en el que va más allá de lo visual y busca provocar una reacción en el espectador al apuntar que el cuerpo apesta y que es mejor que se aleje.
Cuarto, lo exhibe para que el espectador se involucre, para que vea la fotografía y lea el texto que está escrito en la parte posterior.
Sé que pueden pensar que es extraño que para hablar de fotografía contemporánea me remonte a uno de los inventores de la fotografía. Más adelante retomaré esta reflexión. Ahora es momento de definiciones.
¿Qué es lo contemporáneo?
De niño, recuerdo que me entró la duda por conocer el significado de la palabra con-tem-po-rá-neo y en el Pequeño Larousse Ilustrado, que era algo así como el google de los ochentas, palabras más palabras menos, decía que era la época que estábamos viviendo, que era, o es, el presente. Y como siempre vivo y he vivido solamente en el presente, aunque ahora ya es pasado, siempre me he sentido muy contemporáneo.
Pero más allá de este argumento motivacional que no me va a llevar a ningún lado, les puedo decir que de acuerdo a la Real Academia Española, la palabra contemporáneo proviene del latín contemporanĕus, y tiene tres significados.
- Que existe en el mismo tiempo que otra persona o cosa.
- Que es perteneciente o relativo al tiempo o época en que se vive.
- Es lo relativo a la Edad Contemporánea.
Necio como soy y un tanto nacionalista, decidí buscar también la palabra contemporáneo en el diccionario de la Academia Mexicana de la Lengua. Y la define así:
- Que existe en la misma época, al mismo tiempo que otro. Y pone como ejemplo: Villa y Zapata fueron contemporáneos.
- Que es algo de la época actual, como los poetas contemporáneos o, en este caso, la fotografía contemporánea.
Es interesante saber que las cosas no han cambiado mucho desde que usaba el Pequeño Larousse Ilustrado, así que sigo motivado viviendo en el presente, en lo contemporáneo.
Como vemos, lo contemporáneo es algo actual, algo que sucede en el presente.
¿Podemos decir que la fotografía contemporánea se define como la fotografía que se produce en la actualidad, en el presente?
Sí y no. No es tan simple, en esta vida las cosas que suceden, o se producen, no pueden definirse entre negro o blanco únicamente. Si así fuera y afirmara que la fotografía contemporánea es toda la que se produce de manera compulsiva en este tiempo, entonces le daría el valor de fotografía contemporánea a cualquier fotografía de viaje o vacaciones en la que se toma una puesta de sol. O diría que las imágenes que nos venden afuera de las bodas o de las graduaciones se insertan en el terreno de la fotografía contemporánea. Y esto no es así. Estas imágenes, que operan como un recuerdo y que conforman la historiografía de una familia o de una persona, como las clasifica el sociólogo francés Pierre Bourdieu, por sí mismas no forman parte de la fotografía contemporánea. No obstante, sí podrían insertarse en el terreno de la fotografía contemporánea. Pero se necesita algo más, algo que voy a explicar más adelante. Mientras tanto, debemos dejarlas en una carpeta distinta en el cajón de las fotografías del 2016.
La fotografía en la época contemporánea.
Como ya sabemos, en este tiempo se producen más fotografías que nunca antes en la historia. Estamos viviendo el siglo de la imagen. Revisamos Facebook constantemente para ver qué es lo que han comido nuestros amigos o un selfie por el cual nos enteramos si salieron de antro o a correr y, al mismo tiempo, vemos cuerpos mutilados, inertes, como saldo de algún enfrentamiento en este estado de violencia en el que se encuentran México y el mundo. Atroz. Como las imágenes con las sonrisas y las promesas de los políticos que, como lobos con piel de oveja, buscan convencernos de que son buenos y se preocupan por la gente.
Ahora bien, las imágenes de comida, los selfies, la violencia y el marketing político, por mencionar sólo a algunos de los que podríamos llamar géneros fotográficos de la actualidad, no porque se produzcan en el presente son fotografía contemporánea. Entonces, regresando al tema.
¿Qué es la fotografía contemporánea?
Cada vez que me hacen esta pregunta me ponen en un predicamento porque de acuerdo a lo que voy leyendo, viendo y entendiendo, mi percepción cambia. Así que les voy a dar mi definición de 2016:
La fotografía contemporánea es la producción fotográfica que se vincula con el arte, principalmente con el arte contemporáneo, que se hace en el presente y que depende de un autor. Un autor con una manera singular de entender y comunicarse a través del lenguaje fotográfico.
Bien, aquí salieron dos temas más: el arte contemporáneo y el autor.
¿Cómo se define el arte contemporáneo?
Para no clavarnos con sesudas elucubraciones recurro a la enciclopedia libre, Wikipedia, que señala que el arte contemporáneo, en sentido literal, es el que se ha producido en nuestra época. Sin embargo, el concepto de la contemporaneidad aplicado al arte puede ubicarse cronológicamente con distintos criterios:
Con un criterio extenso, que incluye el arte de toda la Edad Contemporánea (que comienza a finales del siglo XVIII)
Con criterios cada vez más limitados, se incluye:
- el arte del siglo XX (principalmente a partir de las vanguardias);
- el arte del mundo actual, que en el momento en que se definió un momento histórico se decidió que era el posterior a la Segunda Guerra Mundial –en 1945;
- el arte de la historia inmediata, que toma como punto de inflexión la caída del muro de Berlín (en 1989) o el atentado a las Torres Gemelas (en 2001).
Para mayor confusión, el concepto de arte moderno no se aplica al arte de la Edad Moderna (de los siglos XV al XVIII) ni el de arte contemporáneo se aplica a la Edad Contemporánea.
Los conceptos de moderno y contemporáneo dentro del arte y su aplicación a cada una de las disciplinas artísticas, especialmente de las artes visuales, es distinto al de la historia.
Es decir, al arte contemporáneo no se le aplica un criterio cronológico, sino estético, definido por su ruptura con el academicismo y por su adecuación a renovadas teorías del arte (es decir, a interpretaciones más recientes sobre el papel, el significado y la producción del arte).
Como pueden ver, o escuchar, este asunto de lo contemporáneo es bastante complejo. Pero podemos rescatar aquí algo que me parece esencial para entender el arte contemporáneo y, mejor aún, la fotografía contemporánea: esto es que el arte contemporáneo es algo que surge no con un criterio cronológico (por una época), sino por un criterio estético (visual y conceptual), definido por su ruptura con el academicismo (que es la tradición más no el oficio) y por su adecuación a renovadas teorías del arte.
Es decir, lo contemporáneo en el arte, y en la fotografía, no depende de una época, no está sujeto a un criterio estético, ni está definido por una tradición, además de que busca provocar.
Quiero agregar otros dos puntos de vista respecto al arte:
Primero, Marcel Duchamp, que es el artista conceptual y contemporáneo por antonomasia, dijo:
La palabra “arte“, en su sentido etimológico, significa simplemente “hacer”. ¿Pero qué es hacer? Hacer algo es elegir un tubo de color azul, un tubo de color rojo, poner un poco de esto en la paleta y elegir siempre la calidad del azul y del rojo; también es escoger dónde ponerlos en la tela. Siempre elegir. Para elegir se pueden utilizar tubos de pintura o pinceles, pero también se puede escoger un objeto ready-made (esto es, un objeto que normalmente no se considera artístico y que no tiene una función artística) que sea previamente elaborado por la mano de otro hombre o mecánicamente, incluso, si uno quiere apropiárselo, ya que ésta es la manera de elegir. Incluso en la pintura convencional, el asunto es elegir.
A partir de esto, puedo decir, muy someramente, que el arte es la libertad de hacer o de elegir.
Segundo punto de vista, bastante más superficial y, quizá por lo mismo, más real. Pablo Helguera dice en su Manual de Estilo del Arte Contemporáneo que arte, es:
Un término de reciclaje de la actividad humana donde la mala arquitectura, etnografía, antropología y teoría social y política pueden adquirir dimensiones nuevas e interesantes. Se entiende como arte todo lo que un artista consigue que se admita como arte, casi siempre con el consentimiento de alguna personalidad influyente del Mundo del Arte, o a través del caso inverso: que alguien fuera de este medio (el Mundo del Arte) denuncie que aquello no es arte.
Con una fuerte dosis de sarcasmo, Helguera habla del artista como alguien que debe trabajar para defender, justificar o apuntalar, su obra como arte.
Aquí es donde se conecta el segundo tema: el autor.
El autor contemporáneo, como hemos visto, es alguien que rompe, que provoca, que hace, que elige, que defiende su obra como arte.
Pero, ¿qué más es un autor?
Regresando a la RAE, autor o autora es:
- Una persona que es causa de algo.
- Una persona que inventa algo.
- Una persona que ha hecho alguna obra científica, literaria o artística.
- Una persona que comete un delito, o fuerza o induce directamente a otros a ejecutarlo.
Para lo que hoy nos ocupa, nos quedamos hasta la número 3.
Por otra parte, el Artículo 12 de la Ley Federal del Derecho de Autor dice que: Autor es la persona física que ha creado una obra literaria y artística. Punto.
Digamos pues, que un autor es una persona que, además de romper, provocar, hacer o elegir, crea. Es un creador.
Ya que definimos qué es un autor, veamos que dice un autor contemporáneo como Michel Foucault en su conferencia titulada ¿Qué es un autor”:
En la escritura, no se trata de la manifestación o de la exaltación del gesto de escribir; no se trata de la sujeción de un sujeto a un lenguaje: se trata de la apertura de un espacio en donde el sujeto que escribe no deja de desaparecer.
Haciendo una paráfrasis o apropiación podría decir que:
En la fotografía, no se trata de la manifestación o de la exaltación del gesto de fotografiar; no se trata de la sujeción de un sujeto a un lenguaje: se trata de la apertura de un espacio en donde el sujeto que fotografía no deja de desaparecer.
Esto me parece clave: un espacio en donde el sujeto no deja de desaparecer.
Para cerrar con Foucault, el francés señala que el autor:
…es un cierto centro de expresión que, bajo formas más o menos acabadas, se manifiesta igual y con el mismo valor, en obras, en borradores, en cartas, en fragmentos, etc.
Esto se refiere a que el autor es un individuo singular que crea un conjunto de obras que se relacionan entre ellas porque poseen un mismo creador.
Cerrando y reforzando esta idea: un autor es un creador.
Repensando mi definición de 2016 sobre ¿qué es la fotografía contemporánea? Concluiría que la fotografía contemporánea es la producción fotográfica que se vincula con el arte, que se hace en el presente y que depende de un autor. Por tanto, la fotografía contemporánea es fotografía de autor. Fotografía creada por una persona que rompe, provoca, hace, elige y defiende su obra como arte.
Ahora bien, es momento de explicar ¿por qué al principio mencioné que la fotografía de Bayard, de 1840, fue la primera fotografía que se podría considerar contemporánea? La respuesta es, porque encaja perfectamente en la definición que aquí se propone.
Y sigo explicando.
Primero, es una fotografía que se vincula con el arte. Bayard, como cualquier persona con la pretensión de ser un inventor en el siglo XIX, es un hombre culto. Que conoce y, sobre todo, entiende el arte. Su fotografía “Autorretrato de un hombre ahogado”, hace un guiño a la historia del arte, específicamente a la pintura de 1793: “La muerte de Marat” de Jacques-Louis David, la cual es una de las imágenes más famosas de la revolución francesa. Marat, cabe decir, fue un conservador que luchaba contra la insurgencia francesa, siendo asesinado por una mujer del movimiento liberal. Bayard propone en su fotografía, en esta acción para la cámara, un punto de vista sarcástico, irónico, se compara con un enemigo de la revolución y por eso merece la muerte, se autoproclama como una víctima del estado francés que no lo reconoce como inventor de la fotografía.
Segundo, la fotografía está hecha en el presente, en su presente, en su contexto histórico, político y social. Es el origen de la fotografía como un medio de denuncia, es el origen de la fotografía como un medio de creación artística que, con el tiempo, se define como contemporánea. Aquí quiero hacer un paréntesis, quizá por eso los historiadores no hablan de la imagen de Bayard como una fotografía contemporánea, porque este término se acuñó recientemente y en el arte tiene alrededor de cuatro décadas que se utiliza.
Tercero, ante todo, Bayard es un autor. Crea la pieza “Autorretrato de un hombre ahogado”. Bayard rompe con el esquema establecido, provoca al estado que reconoce únicamente a Daguerre como inventor de este medio. Hace una crítica a la fotografía a partir de la misma fotografía, elige la fotografía como medio de creación y defiende su obra como arte. Además de esta imagen, Bayard fue un entusiasta del autorretrato y la autorrepresentación.
Lo que aquí planteo, es que la fotografía contemporánea debe ser entendida como el resultado de un proceso en el que se involucra a un autor, no necesariamente un fotógrafo. Sino un autor. Un autor que cuestiona, que provoca y que tiene los pies plantados en el presente, en el aquí y en el ahora. Un autor que utiliza el lenguaje fotográfico para generar un discurso personal, una manera singular de ver el mundo. Un autor que no copia, se apropia, que no plagia, reinterpreta. Un autor que tiene un compromiso con su obra. Un autor como los autores que también nos ha mostrado Carol.

Epílogo.
Para concluir, quiero regresar al cajón de las fotografías del 2015 y cerrar un aspecto que quedó abierto, pendiente de explicar y que, a pesar de ser tema suficiente para otro artículo, no quiero pasar por alto. Y es responder si las imágenes que carecen de un autor en los términos aquí enunciados, como las imágenes que guardamos por el recuerdo de una visita a la playa o por el gusto de haber ido a una fiesta, podrían ser insertadas en el terreno de la fotografía contemporánea. La respuesta es que sí. Sí se pueden insertar en el discurso fotográfico contemporáneo.
Pero, como ya dije antes, se necesita algo más. Y, ¿qué es ese algo más? Pues que las fotografías sean utilizadas por un autor para, en términos semióticos, darles un nuevo significado. Un significado que se vincula con el arte, que se hace en el presente y que depende de una persona que rompe, provoca, hace, elige y defiende su obra como arte.
Como ejemplo de esto, está el trabajo de Ken Gonzales-Day, un autor estadounidense con una obra que también está vinculada con la muerte y que se llama: Linchamiento en el oeste: 1850-1935.

En este libro, Gonzales-Day revela que el linchamiento por motivos raciales era una práctica generalizada, que no se reducía únicamente a los afroamericanos del sur de Estados Unidos. En su investigación descubrió 350 casos de linchamiento que se realizaron en el estado de California entre 1850 y 1935. La mayoría fueron perpetrados contra latinos, y en menor medida contra nativos americanos y asiático-americanos.
En su trabajo, Gonzales-Day explora el papel de la fotografía en la memoria, reflexiona sobre la práctica del linchamiento como espectáculo y lo hace a partir de fotografías que no fueron creadas para este propósito. El autor se apropia de imágenes de esa época y las interviene, borra los cuerpos de los linchados para ubicarnos en el contexto y enfatizar que esta práctica, además de común, era un acontecimiento. Un acontecimiento para mirar la muerte.
1 Comment
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excelente artículo!!