¿Y si empezamos a vaciar la mirada?

“Café del diario, cuello, pechos, arma…” son algunas palabras que la artista Marina Abramovic articulaba en su performance de 1976 “Freeing the Memory” el cual duró alrededor de una hora. Este formaba parte de la serie de performances como “Freeing the voice” y “Freeing the body”, cada uno trataba de liberar algo de la mente y cuerpo, sin resistencias ni límites. Estás acciones me hicieron pensar en intentar vaciar la mirada, siendo honesta no sabría por dónde o cómo empezar, pero supongamos que nos encontramos en un espacio en blanco ¿cuál sería la primer imagen que llega a su mente?

Si hiciéramos este ejercicio a la inversa, es decir, cuál fue la última imagen que han visto o recuerdan, probablemente nos encontraríamos diciendo que lo hemos visto todo ya que las imágenes se repiten, por consumir contenido de plataformas, aplicaciones, sitios, etc. Que también nos confunden y traen más imágenes. Entonces, pasaríamos más tiempo en ese espacio recordando, pero ¿y si no viene nada a la mente? Nos indicaría que la potencia en las imágenes se ha perdido. Georges Didi-Huberman explicaba sobre la potencia y el poder de las imágenes; dejando así que una imagen con potencia es aquella que resuena en el sujeto, la otra es el poder con un simbolismo, lo que trae de fondo. Para mí el ver una pantalla con un rostro que habla tiene potencia, pues el poder de las palabras se pierde un poco.

Ahora si las imágenes perdieran forma, quedando solo luz y color, el acto de mirar sería distinto; las sensaciones despertaría de otra manera y si venimos de un instante del vacío en el que “liberamos nuestra mente de imágenes” sería como ver el mundo distinto e incluso nuevo. Podríamos tardarnos más en generar interpretaciones, más tiempo de contemplación o el necesario, tendríamos la capacidad de ver las cosas sin antecedentes.

Quiero poner en escena los cuadros tardíos de J.M.W.Turner, por el simple hecho que Turner tuvo ese proceso de vaciar la mirada. Verán, su técnica nos lleva de cosas cerradas a abiertas, podemos ver varios mundos e imaginarios, cosas que pretenden ser y que esperan que el espectador descubra y señale, para que entre en conflicto, cambie de opinión o decida regresar a observar.

¿Qué sucede con la mirada en Amanecer con monstruos marinos? Es atraída a un punto, el espectador necesita concentrarse para encontrar a que atarse, para ir soltando poco a poco, podríamos decir que el espectador se hace cómplice con el artista. Turner tiene la habilidad de hacer surgir un mundo visible, entonces ¿podría el fotógrafo actual construir algo semejante? Sin duda no vivimos lo que Turner en su momento, pero su obra viene a mostrar ese ejercicio de buscar el vacío para crear.

EspacioGAF, Karla Guerrero
“Amanecer con monstruos marinos” hacia 1845, J.M.W.Turner, Londres, Tate.

A veces he creído que el arte en sí es vacío; ya que de ese arte catalogado, surgen todas las posibilidades antes de darle un nombre. Y lo es tanto, que empieza en blanco y cuando se concibe la obra, después de la primera revisión con el ojo deja de ser, para regresar al vacío, hasta que vuelve a surgir en la mirada de otro. El arte revive en la mirada.

Regresando a la pregunta inicial ¿Y si empezamos a vaciar la mirada? entonces las imágenes podrían crearse y verse no como un registro ocular, no se harían fotografías con el fin de preservar el cómo se constituyen las cosas, en dado caso el cómo desvanecen, serían representaciones idílicas supratemporales que brindarían nuevas experiencias, que probablemente después no intentaremos vaciar.