Mauricio aborda con una serie de fotografías, videos e instalaciones, un tema que nunca dejará de ser complejo: La Identidad. Ubicado en un entorno joven del siglo XXI, propio de una ciudad como Monterrey que sigue apostando por una modernidad que le ha sido esquiva, Mauricio encara un entorno social y generacional que está codificado por lo viral, el glitch y el meme, entre otros instrumentos contemporáneos de construcción de la imagen propia y ajena, del reflejo de lo que somos ante el otro.
Insertos en una atmósfera fantástica, cromada y ruidosa se nos van revelando pasajes psicológicos como el mimetismo social, la exclusión, la otredad, la ficción, la psicosis, la depresión, la identidad perdida que se convierte en camuflaje que vuela y se transmuta de persona a persona, generando masas de significados y pensamientos que parecen acercarnos a los terribles territorios de la homogeneidad. De lo mismo por lo mismo.
“Así nos gustaría ser si no fuéramos así”, esta lapidaria frase de Carlos Monsiváis, y que Mauricio Amador parafrasea con imágenes, parece una letanía viciosa y envenenada que nos delata en nuestras actitudes y formas de construirnos dentro de un entramado social oxidado pero aún poderoso
Marcel del Castillo. Curaduría




