El descubridor y los constructores ( A propósito de Metidines y los Witkin)

“Lo que no vemos y oímos es más importante de lo que está a la vista. La atención debe centrarse más en las relaciones que en el lenguaje puro”. 

Claudio Perna  (Artista venezolano 1938-1997)

Una ambulancia de mediados del siglo XX es la intersección entre dos propuestas expositivas que se acercan a la muerte por caminos disímiles, pero que puestas ahí, en un mismo Museo, distintas salas pero un mismo espacio, crean una atmósfera de reflexión ineludible sobre los nuevos tiempos de la fotografía.

Por un lado Enrique Metidines, fotógrafo innato, instintivo, como lo son los fotoreporteros. Sus imágenes de accidentes, atropellados, suicidas, llenaron las páginas de nota roja por muchos años en varios diarios mexicanos. Su actividad era registrar acontecimientos, conectados con la muerte o el accidente, diariamente. La fotografía de una mujer atropellada ayer, era solapada hoy por la de una mujer a punto de lanzarse de los pisos altos de la torre latinoamericana en el centro de México, y a su vez por la fotografía de un niño con sus manos atascadas en un molino de carne el día de mañana. Así es el trabajo de Metidines, una producción fotográfica abundante, que solo con el paso del tiempo, y puesto en perspectiva, puede reunirse y crear un cuerpo de trabajo con hilos narrativos sólidos construidos a lo largo de 50 años o más de ejercicio de reportero gráfico.

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Enrique Metidines FotoMuseo Cuatro Caminos

Al otro lado, nada menos que una retróspectiva dialogante entre dos hermanos que no han pasado desapercibidos en el mundo del arte, los hermanos norteamericanos Witkin. Jerome en la pintura realista, con trazos expresionistas de grandes formatos y Joel-Peter, extravagante creador fotográfico de escenas perversas, retorcidas, que llaman a la muerte y a lo grotesco como si de un tablero de la Ouija se tratara. Ambos, artistas preparados y reconocidos en gran parte del mundo.

No es mi interés centrarme en el análisis de cada uno de los autores, ni siquiera de sus muestras individuales, sino, como dije al principio, ese halo reflexivo que se respira entre las imágenes de Metidines y los Witkin.

La curaduría del Museo hace un primer intento de acercamiento a esto, al adjetivar a todos los autores como «narradores consumados». Si, ciertamente todas las imágenes tienen «movimiento». Van o vienen de algún lado. Y muestran una narrativa Aristotélica: inicio. conflicto y desenlace. En el caso de Metidines, cada imagen nos presenta un final, con tantos elementos visuales, suficientes para crear la historia como espectadores. Incluso como autor es tan importante la historia, que en la construcción del libro de su trabajo y la muestra, intuyo, era vital para él que apareciera el relato de lo que había acontecido en cada fotografía. Jerome, se vale de escenas cinematográficas en pleno desarrollo de una acción, o la utilización de series de pinturas para construir historias. En  Joel-Peter la narración se da en lo simbólico, superponiendo elementos iconográficos de la historia, del arte, de lo religioso etc.

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Jerome Witkin FotoMuseo Cuatro Caminos

Pero además de lo narrativo que tienen en común los autores, creo que es valioso rescatar lo que esta unión de discursos y autores puede aportar para la fotografía hoy día.

Y es que hoy debatimos entre la fotografía construída o producida bajo un concepto y la del descubrimiento, la del instante preciso, o la de «pasé por aquí y esto está hermoso vamos a tomarle unas fotos». Esto indudablemente tiene que ver también con el tema tecnológico. Pero más fuerte aún, el tema autoral.

En Metidines tenemos a un descubridor.  Cada vez que salía en pauta con la ambulancia y llegaba a estas escenas terribles, aún con la sangre caliente en el asfalto, aparecen ante él, escenas, situaciones, elucubraciones sobre un hecho particular, cual escena de Chinatown de Polanski.  Además de la inmediatez de tomar la fotografía, para luego llevarla al diario y que pudiera salir publicada al día siguiente. ¿Era él consciente de tomar fotografías hiperrealistas con composiciones impecables, ángulos cinematográficos, y narrativas complejas que hacían innecesario la utilización de textos redundantes,   para crear a lo largo de los años un cuerpo de trabajo, un concepto claro en el uso de los elementos visuales narrativos y a su vez cuestionando la sociedad y la violencia de México.? La exposición me responde que no. No había tal conciencia. Pero aferrarse a contar un mismo tema durante tantos años deja impregnada cada imagen del sabor y el pensamiento de Metidines. El tiempo fue develando a un autor meticuloso, cargado de influencias cinematográficas, que iban dejando rastro en cada una de sus imágenes. Agruparlas luego de tantos años presentan un documento inobjetable para discutir sobre la violencia y el drama en México.

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Joel-Peter Witkin FotoMuseo Cuatro Caminos

Por otro lado, el de la construcción, Joel-Peter Witkin ha realizado puestas en escena muy meditadas y estudiadas, cada fotografía se construye desde el boceto, pieza por pieza, hasta la manipulación técnica de la fotografía, todo cargado de sentidos y metáforas producto de su imaginación y de su entorno real. Joel-Peter, además, es un pictorialista confeso, elabora discursos complejos bajo la influencia del surrealismo. La imagen quieta, el momento capturado no le dice nada, él interviene cada fotografía, cual escultor renacentista, hasta elaborar cuidadosamente una idea, aunque al espectador desprevenido le parezca un desorden visual producto del azar.

El medio de Jerome, la pintura, es orgánicamente una elaboración, no tiene escapatoria. Desde las primeras lineas del boceto hasta la imagen final es una arquitectura de significados y narraciones relacionadas con su momento epocal. Sus obras tienen «una fuerte carga psicológica, en los que aborda momentos históricos que han sido críticos en nuestro tiempo desde el holocausto hasta el 9/11″*1

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Jerome Witkin FotoMuseo Cuatro Caminos

Entonces, los hermanos Witkin, son los constructores, en algún momento de la muestra se mezclan los bocetos de uno con imágenes del otro y parecen secuencias de una misma historia. ¿Pero esa construcción anula el descubrimiento en la imagen?  ¿No es a partir del trazo, los colores, o la superposición de elementos y manipulación fotográfica que comenzamos como espectadores ha descubrir significados y sensaciones, más allá de la intencionalidad del autor?

¿No es acaso la fotografía una mezcla, casi precisa, de descubrimiento y construcción?.¿No es acaso ese balance lo que define la transición de la fotografía moderna a la fotografía contemporánea?. ¿Qué sería de la obra de Metidines sino se hubiera construido un cuerpo narrativo a partir de sus imágenes a los largo de tantos años?¿Qué sería de la obra de los Witkin, sin las repercusiones que sus trabajos, tan elaborados, han tenido en las personas, a partir de la multiplicidad de sensaciones que nacen de cada imagen? ¿Es La tecnología y/o la necesidad autoral lo que nos ha arrinconado en la dicotomía del momento, a veces no tan decisivo, y la conceptualización de la fotografía?

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Joel-Peter Witkin FotoMuseo Cuatro Caminos

*1 texto de sala de la exposición WITKIN and WITKIN en el Fotomuseo Cuatrocaminos