Hacer o tomar fotos

 

“Todo es según el color del cristal con que se mira,

para unos la vida es un sueño, para otros una pesadilla.”

Rubén Blades

 

En uno de los primeros talleres que tomé, en el desaparecido Consejo Mexicano de Fotografía, escuché por vez primera si es que un fotógrafo hace o toma fotos. En aquel momento recuerdo que entre los alumnos se desarrolló un interesante debate. Ahora, con un toque de nostalgia, pienso de nuevo en este tema.

Si revisamos el diccionario básico Larousse, nos dice que hacer significa ‘producir de la nada’; mientras que tomar quiere decir ‘coger una persona con cuidado a otra o a una cosa ayudada de las manos, una parte del cuerpo o un instrumento’. Partiendo de esto, al hacer producimos (creamos) y al tomar cogemos (agarramos) algo (una instantánea o un instrumento/dispositivo fotográfico). Así, hacer y tomar fotografías está relacionado, vinculado, pero no son lo mismo.

Desarrollando esta idea, se podría decir que tomar fotos es algo más ‘mécanico’, ‘técnico’, como pedirle al mesero que tome una foto de recuerdo a los que se encuentran al rededor de la mesa o como tomar una instantánea del plato que este mismo mesero trae, para publicar en Instagram.

Hacer fotos, por otra parte, debería implicar un proceso de creación más complejo, intelectual (que no conceptual). Lo que podría ser eso que de manera común se llama ‘pensar la foto’.

Gregory Crewdson Ophelia

Relacionado con este asunto, Michel Frizot reflexiona que existe “…la pregunta que recorre toda la historia de la fotografía: si el dispositivo (el aparato, la cámara oscura) es esencial para predeterminar lo que es una imagen fotográfica, ¿qué papel desempeña el que acciona y domina el dispositivo -el fotógrafo-, obligado siempre a tomar decisiones?”.

El teórico e historiador de la imagen, profundiza en el hecho de que la invención de la  fotografía trajo consigo la formación de un imaginario específico con un determinante instrumental: “un dispositivo que produce imágenes de acuerdo a una serie de principios, reglas y parámetros imperativos”.

Por lo que también refiere lo siguiente: “Ahora bien, cuando me refiero al imaginario nacido del dispositivo y las disposiciones técnicas, sobra decir que dicho imaginario sólo se manifiesta en la mente humana, dado que esta técnica produce imágenes, y que el hombre es un animal ‘visual’. Y como tal, construye imaginarios observando a la vez su entorno, y observando imágenes: sus ojos le permiten cobrar conocimiento del mundo visible, y al mismo tiempo mirar imágenes y apreciar la compleja relación entre éstas y el mundo.”

Para empatar la idea planteada en un principio, tomar fotos esta relacionado a un dispositivo y sus disposiciones técnicas, en donde a través de la observación de las imágenes que ya han sido ‘tomadas’, se pueden construir imaginarios. Sin embargo, hacer fotos es tener el propósito de construir un imaginario que cobre conocimiento del mundo visible, antes de, precisamente, ’tomar’ las fotos.

Ampliando este punto de vista, tomar fotos se reduce a un oficio en el que se opera equipo  fotográfico, mientras que hacer fotos suma este oficio a la construcción de un imaginario que busca desarrollar una mirada personal que otorgue singularidad, creando o produciendo algo.

En su libro El pensamiento visual, Rudolf Arnheim habla del artista que hace pintura pero bien podría referirse al que hace fotografía: “Cuando un artista escoge un lugar dado para ejecutar alguno de sus paisajes, no sólo selecciona y reordena lo que encuentra en la naturaleza, sino que debe reorganizar todo el material visible para que se adecue a un orden que él descubre, inventa y purifica.”

Lo que me interesa de Arnheim cuando menciona que el artista (o fotógrafo) “debe reorganizar todo el material visible para que se adecue a un orden que él descubre, inventa y purifica.” Es que habla del proceso de creación a partir de la mirada, en donde descubrir, inventar o purificar se convierte en hacer una pintura (o hacer una fotografía).

NOTA: Acompañando este artículo se presenta el trabajo de Gregory Crewdson y su detrás de cámaras. Quien realiza una producción cinematográfica llevando al límite esta idea de ‘hacer fotos’.