La Invención de Marey
Médico por obligación (su vocación era la ingeniería, pero la voluntad de su padre se impuso, por lo que tuvo que estudiar medicina) y fisiólogo (por un interés primigenio en los aspectos del movimiento), Étienne-Jules Marey (1830-1904) inició su atracción por la acción del movimiento a través de sus estudios sobre la naturaleza del sistema circulatorio y la presión sanguínea, así como la pulsión de los músculos y órganos internos, los cuales publicó en su ensayo El Movimiento de las Funciones Vitales, en 1868. Es a partir de esto que Marey inicia sus investigaciones sobre el desplazamiento de los cuerpos en el tiempo y el espacio, como un componente uno del otro, visualizados en secuencia en un mismo plano, sujetos a las leyes de la física universal.
En un momento en que la fotografía era considerada como parte de la ciencia (o como un mero instrumento para el estudio de ésta), Marey le utilizó para explorar escrupulosamente las formas y funciones del desplazamiento a través de la implementación y captación de caminatas, saltos y oscilaciones gimnásticas, así como la locomoción animal, en particular el vuelo de las aves. Para llevar a cabo esto, reinventa un instrumento que originalmente servía para observar y registrar la actividad de los cuerpos celestes, un particular “fusil fotográfico” con el que logra captar 25 exposiciones de hasta 1/1440 de segundo, registrando de manera precisa las diversas secuencias en una sola placa. A esto le llama Cronofotografía.



En ésta, la noción de lo fotografiado acontece aún antes de que la toma ocurra, como un acto performático, dispuesto y llevado a cabo ante el dispositivo fotográfico, con la pura intención de que la acción suceda para la cámara, convirtiéndose entonces en el proceso que antecede al resultado: una sucesión de movimientos escenificados en particular para producir su propia evidencia, no ya como un mero registro, sino como una suma. El resultado posee siempre una estética que se vuelve característica, pero siempre con una intención marcada por el escrutinio puntual del movimiento a través del estudio sistemático perpetrado por Marey.
Su interés por la investigación profunda del movimiento consta de imágenes de cuerpos como tal investidos en blanco, contrastados sobre un fondo negro, obteniendo como resultado el registro de una kinesis pura y sucesiva; una convergencia de los planos espacio-temporales congelada de manera sutil y clara en un plano extendido. Visualmente es el paso previo a lo cinematográfico. Estéticamente, es el equivalente de pasar de lo figurativo a lo abstracto. De cierta forma, es la corroboración de los estudios similares sobre el vuelo de las aves que perpetrara Leonardo en la madurez del Renacimiento. Eadweard Muybridge llevó a cabo estudios similares, pero la diferencia radica en que para éste, los resultados fueron materia de fenomenología de feria, mientras que Marey no dejó de ser nunca un hombre de ciencia.



Luego del estudio de las locomociones biológicas, Marey enfocó su energía al campo de la aerodinámica, al desplazamiento de objetos y fluidos a partir de una máquina de humo diseñada especialmente en su laboratorio. Sus últimos trabajos constan de cientos de fotografías que muestran trayectorias de corrientes y bucles, registrados al momento de colocar objetos de formas variadas en su túnel de humo. Las tomas constan de imágenes que combinan la ciencia con lo onírico, la poesía con la técnica. Se trata de imágenes cuya estética pertenece por igual a la historia del arte, de la fotografía y de la física, como se mencionara en una exposición fotográfica conmemorativa al centenario de su muerte en Paris, en el Museo d´Orsay1.


La influencia de la obra de Marey se extiende hacia otros campos, particularmente al del cine, la animación y las artes visuales. Las propuestas de Marcel Duchamp poseen una deuda ineluctable no solo con las imágenes, sino con los múltiples ensayos publicados por el científico. De la misma forma en que el Hombre Joven Triste en Tren y el Desnudo Bajando la Escalera (ambas de 1912) poseen referencias directas con la cronofotografía, también piezas como La Novia y El Rey y La Reina Rodeados de Desnudos Veloces tienen una relación con el ensayo temprano de Marey. En esta serie de pinturas, Duchamp mecaniza la anatomía, pero lo que les anima no deja de ser, justamente, el pulso de lo fisiológico. Por consecuencia, El Gran Vidrio contiene ambas líneas de contacto, entre sus múltiples interpretaciones. Abocados en conceptos de velocidad, movilidad y simultaneidad, el Movimiento Futurista Italiano basa una gran parte de su producción pictórica en el trabajo cronofotográfico de Marey. Las pinturas de Giacomo Balla (Niña Corriendo en un Balcón y Dinamismo de un Perro con una Correa -ambas de 1912-, entre otras) poseen una estética de relación inmediata con éste; mientras que en materia de su interés por la aerodinámica y los túneles de viento, uno de los seguidores de sus estudios y quien les aplicó en el campo de la ingeniería y la construcción fue un contemporáneo suyo, el célebre Gustave Eiffel.
Nada es mas moderno, como refiriera Henri Langlois en la primera exhibición del trabajo cronofotográfico de Étienne-Jules Marey en la Cinemateca Francesa, en 1963, en relación a los 50 años de su investigación en blanco y negro. Hoy día, directa o indirectamente el antecedente se multiplica.






- Movements of Air Etienne-Jules Marey (1830-1904) Photographer of Fluids. Exposición organizada como parte del mes de la fotografía. Musee d´Orsay, Paris. 2004
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