¿Cuándo renunciar a las convocatorias de arte?
Si eres un artista de cualquier rango de trayectoria, seguramente has participado en varias convocatorias de arte, ya sea para exposiciones, residencias, becas o premios. Pero ¿alguna vez te has preguntado si vale la pena seguir enviando tu obra a estas convocatorias? ¿Qué beneficios obtienes de ellas? ¿Qué riesgos implica?
Me pasa que después de tantos años aplicando a convocatorias acumulando rechazos y celebrando alguno que otro reconocimiento, el ojo se afina y los objetivos van cambiando. Las convocatorias de arte son una forma de dar a conocer tu trabajo, de establecer contactos con otros artistas y profesionales del sector, y de acceder a oportunidades de formación, financiación o difusión. Sin embargo, también pueden ser una fuente de frustración, de pérdida de tiempo, de dinero, y de desgaste creativo. En definitiva, las convocatorias son parte de un sistema del arte con muchas tramas, en el que en algún momento decidimos lanzarnos y pelear por un puesto en el mundo del arte o un certificado que validara nuestra obra.
Y para esto hay tantas experiencias como artistas en el mundo y no hay una respuesta única a la pregunta de cuándo dejar de participar en convocatorias de arte. Depende de tus objetivos, de tu situación personal y profesional, y de tu nivel de satisfacción con los resultados que obtienes. Pero hay algunos criterios que pudiéaramos tener en cuenta para tomar una decisión más reflexiva:
- La calidad y la reputación de la convocatoria. No todas las convocatorias son iguales. Algunas tienen más prestigio, más visibilidad y más rigor que otras. Investiga quién organiza la convocatoria, qué tipo de obra buscan, qué condiciones ofrecen y qué jurado selecciona los proyectos. Busca opiniones de otros artistas que hayan participado o que conozcan la convocatoria. Evita las convocatorias que te pidan pagar una cuota de inscripción sin garantizarte nada a cambio, o que te exijan ceder tus derechos de autor o renunciar a tu libertad creativa.
- La adecuación de la convocatoria a tu perfil y a tu obra. No te apuntes a todas las convocatorias que encuentres, sino solo a aquellas que se ajusten a lo que haces y a lo que quieres hacer. Lee con atención las bases y los requisitos de la convocatoria, y evalúa si tu obra encaja con el tema, el formato, el público y el contexto propuestos. Piensa si la convocatoria te aporta algo nuevo, si te permite desarrollar tu proyecto o si te abre alguna puerta interesante. No te conformes con lo que ya hay, sino busca lo que te hace falta.
- El balance entre el esfuerzo y el beneficio. Y no sólo hablamos de un beneficio económico, sino espiritual, artístico y profesional. Participar en una convocatoria implica dedicar tiempo, energía y recursos a preparar tu propuesta, a enviarla, a esperar la respuesta y a cumplir con lo que se te pida si resultas seleccionado. Piensa si todo ese esfuerzo vale la pena en relación al beneficio que puedes obtener. No solo se trata de ganar o perder, sino de aprovechar o desperdiciar una oportunidad. ¿Qué ganas si participas? ¿Qué pierdes si no participas? ¿Qué otras opciones tienes?
Estos son solo algunos aspectos que puedes considerar para decidir cuándo participar o renunciar a las convocatorias de arte. Pero al final, la decisión es tuya. Tú eres el único que sabe lo que quieres, lo que necesitas y lo que te hace feliz como artista. Y tú eres el único responsable de tus procesos artísticos y el papel que quieres jugar en el circuito del arte.
En lo personal, con el tiempo he perdido el interés en participar en convocatorias que solo me pueden ofrecer reconocimiento o una felicidad fugaz, me aboco a participar en convocatorias que puedan apoyarme en sostener económica y profesionalmente mis procesos creativos y producción de obra.
¿Has dejado alguna vez de participar en una convocatoria? ¿Por qué? ¿Qué comentario le darías a alguien que está pensando en hacerlo? ¡Comparte tu opinión en los comentarios!
Foto de Allef Vinicius en Unsplash