MORFOLOGÍA DEL CLICHÉ FOTOGRÁFICO

La miseria de otros, el paisaje bello, la depresión, el yo, la muerte, la discriminación social, la violencia, las reglas sociales y un largo etcétera forman parte del catálogo oficial de la fotografía. ¿Pero no son acaso los temas transversales de la historia de la humanidad? ¿Qué los hace cliché y qué no? Posiblemente la respuesta está en el cómo abordamos el tema: Se abordan para seguir las corrientes del pensamiento establecido tanto a favor como en contra del tema, se cual fuere. O los asumimos y exponemos de forma contrainductiva, a contravía de toda convención y convicción asentada. Esto último requiere de cierto coraje más que talento.

El campo de acción de este trabajo es revelar una posible estructura del cliché dentro de la fotografía mediante el ejercicio de auto revisión que han hecho una serie de autores sobre su propia obra. Es en este proceso auto reflexivo donde brota el gesto artístico más que en las imágenes que aquí presentamos. Los autores alcanzan un estado crítico sobre su propia práctica, y ese es, en sí, el punto de atención de este proyecto. 

Partiendo de estas reflexiones de los artistas y de la idea de Benjamin de que «si lo que está mirando sólo le hace pensar en clichés lingüísticos, entonces está ante un cliché visual». Es en el mundo exógeno de la imagen, en cómo es ésta leída, donde se presenta la primera instancia del cliché. La categorización de una fotografía como retrato, paisaje, conceptual o documental o su declaración de funcionalidad como archivable, informativa o didáctica e incluso en la determinación de si es un cliché o no, responde a la mirada del otro, se despliega en el pensamiento y en la educación visual impuesta desde las diferentes instancias del poder mediático, institucional y académico, que se activan en cuanto el espectador tiene contacto con una fotografía.

Desde este punto pudiéramos decir que un cliché fotográfico es aquel que consigue acomodo de forma clara entre los categorías visuales conocidas y estandarizadas.

Luego, en el mundo endógeno, en la práctica y pensamiento del autor se gesta el espacio más cálido para el cliché. En primer lugar porque el autor también es espectador y responde a los estímulos de la mirada exógena que planteamos en el párrafo anterior y en segundo lugar, porque dentro de su producción, el cliché se puede presentar en el contenido y en la forma de su trabajo de manera individual o en ambos al mismo tiempo.

La práctica fotográfica está a mitad de camino entre el conocimiento tecnológico y el artístico, de ahí que su ejercicio este supeditado al cumplimiento de un número de reglas y dogmas que facilitan el camino a un cliché. Ese conocimiento estructurado le da forma a éste en la superficie de la imagen a partir de la repetición de esquemas de luz, composición, temperaturas del color entre muchas otras aplicaciones. También este epísteme se revela en la ejecución de vicios que han permanecido mucho tiempo en la fotografía y que se asumen como valores: como es la práctica turística sobre la realidad de otros, el responder a tendencias orquestadas desde los departamentos de marketing de las grandes fabricantes de cámaras o de aplicaciones para fotografías de los dispositivos móviles.   Adicional a esto, la adopción por parte de la fotografía de prácticas que están diseminadas en todas las artes: como la apropiación, el collage o el trabajar con archivos, que se convierten en tendencias de moda (es decir, responden más a tendencias estéticas que de investigación) y se repiten una y otra vez en períodos de tiempo muy cortos. 

Pese a todo esto, el nicho predilecto del cliché no está en su lectura o en las formas, está en los temas que aborda la fotografía y en cómo los aborda, y es aquí donde posiblemente el arte fotográfico se emparenta más con otras disciplinas y expande sus fisuras, puesto que la estructura del cliché en los temas se construye desde los vicios de otras ciencias, como la comunicación y el periodismo, la sociología, la psicología o la antropología, entre muchos otras.  ¿Qué temas se abordan?, ¿Por qué? y ¿Para qué? A veces lo mismos autores no pueden responder a esas preguntas sobre sus propios trabajos. Lo que implica una función en automático en sus prácticas, es decir, la semilla del cliché.

Quizás una aproximación a la utilidad o inutilidad del cliché está en sus posibilidades de resignificación, en el argumento que lo sustenta y en sus posibilidades de trastocar o transformar ideas estructuradas y preconcebidas sobre superficies fotográficas y sobre temas que surgen con urgencia una y otra vez en la historia

1 Iván Manríquez

No pasa nada
Esta representación esquemática en forma matricial se inscribe
dentro de las prácticas fotográficas derivando en una serie de
estrategias que buscan el análisis a partir de variaciones que se
presentan como una unidad separada, y en donde ninguna de
estas partes es más relevante que otra, si no que todas son
imprescindibles para la obra.
Esta visualidad, a la vez que se transforma junto con los avances
tecnológicos, permanece vigente casi desde los inicios de la
fotografía, presentando perspectivas múltiples de un mismo
motivo y ofreciendo nuevas posibilidades técnicas y simbólicas:
desde la representación del movimiento y el registro de la acción
a partir del uso de imágenes en serie y la cronofotografía, hasta
la organización y despliegue tipológico de inmensos bancos de
imágenes apropiados o dispuestos en la web.

2 Daniela Legorreta

Retratos de Refrigerador

-Los personajes (personajes históricos que se han convertido en
clichés visuales por el “marketing”)
-Color dominante sobre un fondo en blanco y negro
-Es un cliché tomarle foto a la foto
-Es un cliché romper con el cliché
-La apropiación de las imágenes de los personajes
-El collage de fotografía con otro elemento

3 Verónica Mar

Mirar mi cuerpo
 
No logro exorcizar la depresión en mi obra. Es recurrente y la
represento, antes que nada, a través de mi propio cuerpo.
Esa mirada es, junto con el espacio en decadencia, parte esencial
de mi iconografía, víctima de la destrucción, símbolo del espíritu
corrompido y, finalmente, ícono religioso que tanto pesa en mí.

4 Yasodari Sánchez

La idea de cliché resulta totalmente interesante, porque sólo son eso,
clichés. Es un término relacionado con la impresión: algo que se usa tan a
menudo que pierde su significado. Eso no quiere decir que no sea verdad…,
es simplemente que lo ves muchas veces…Y eso me interesa porque tiene
que ver con la percepción, pero no sólo con la visual…De forma que ¿cómo
se convierte en un tema atractivo?¿Cómo puedo devolver la vida a algo que
estaba muerto? Básicamente eso es a lo que se refiere el arte”
.

John Baldessari

13, 505 New Self-Portrait, reflexiona sobre el acto fotográfico
como urgencia de la memoria cotidiana: la foto de perfil de FB, la
publicación de Instagram, la transmisión en vivo o la realidad
aumentada con los filtros de snapchat, pero también como
retrato, imagen, de lo que se adapta, es vulnerable ante la
experiencia de la urbe. Colaloka, uñas, lija y corta uñas, más que
un gesto de poética, vanidad y cliché, es el acceso a espacios de
trabajo, ser / estar emocionalmente estable a partir de la mirada
de sus manos, la condición del trabajo a partir de la
instrumentalización de sus uñas.
La urgencia en la idea del Yo desde la imagen interna-externa, el
acto de posar/no posar, el hábito de lo que se debe ser
intervenido, apropiado a la subjetividad. Transgredir el cliché
como indulto de lo que no es posible revelar, cómplice del lugar
común, pero también hábito del encuentro y desencuentro de

13,505 nuevos repertorios de autorrepresentación, lo que se
manifiesta como Yo está en riesgo, entonces no es cliché.

5 Isaac Rincón Ariza

Antes del recreo
Para el sistema en el que vivimos inmersos el tiempo es un factor
elemental que regula nuestras vidas a su conveniencia.
Desde pequeños nos enseñan a respetar ciertas pautas que le
dan sentido. La hora de entrar a la escuela, la hora de tomar un
recreo y la hora de salida son estructuras abstractas que se
repiten a lo largo de la vida.
Es por eso que cuando alguien se adelanta (transgrede) uno de
estos tiempos es puesto bajo el reflector.

6 Nancy González

«Ciudadana en calidad de turista.
Experimentación con film.
Lugares comunes que son tendencia en Instagram. «

7 Juan José Herrera

La fotografía de un lugar común invita a repetir los clichés
técnicos y conceptuales de otros periodos de la historia. El
método es también un proceso de aprendizaje.
En este trabajo retomo una herramienta que usaba a principios
de los años 2000: El macro.
Este acercamiento extremo que descontextualiza las dimensiones
del objeto y de alguna manera lo abstrae y vuelve irreconocible.
La realidad amplificada se reduce a formas. Busquemos la pelusa
en el ombligo. Tomar un fragmento y aumentarlo hasta que
desaparezca. Piedra, papel o tijera. Hablar de la belleza, de lo
bonito, del porvenir verde. Abordar la melancolía, encarar la
tristeza y sucumbir ante el infortunio. Siempre opciones

8 Juan Pablo Torres

Thalassaki mou
Cohesión,
Disolución,
Hidrodinámica,
Tao,
Erosión,
Oscilación,
Adhesión

9 Michelle Lartigue

Las nubes y atardeceres han sido fuente de inspiración por
siglos.
Impermanencia,
nostalgia,
el dejar ir,
el cambio,
el poder de la fotografía para congelar el tiempo…
¿sigue siendo relevante abordar estos temas de esta manera?

10 Elízabeth Trejo

Relato del jardín.
Sujetos al tiempo intentamos darle un valor simbólico a objetos o
cosas inanimadas,  muertas, sin función alguna.
 
El pensamiento de que todo lo que vive tendrá el mismo fin, el
del olvido, se cuela en la mente. No se puede evadir y mientras
tanto fantaseamos y planeamos un futuro algo incierto.
 
Este rosal perteneció a mi madre.
 
Hace unos meses lo dejamos morir. Una plaga lo atacó,  luchó
para absorber los rayos del sol  que su vecino el durazno, ya no
le permitía acoger. Creció casi como un árbol, a pesar de estar
enfermo, siguió  floreciendo pero ya no de manera tan
esplendorosa.
 
Siguió en su espacio que tantos años le tomó adueñarse,
conserva sus espinas y unos pequeños brotes en la punta. Ni mi
padre ni yo, nos atrevíamos a quitarlo hasta que no le vimos
sentido mantener un rosal muerto en el jardín.
 
Mi madre lo cuidó con mucho esmero, fue parte de ella,  hace
unos años ella también enfermó  y murió.


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