La vida mentirosa de los adultos: la sensible búsqueda de la indentidad
La serie de Netflix basada en la novela de Elena Ferrante, La vida mentirosa de los adultos, es una obra que nos agita desde adentro, para reflexionar sobre la construcción de la identidad, el papel de la familia y la influencia del entorno en la vida. La protagonista, Giovanna, es una adolescente que descubre que su padre la compara con su tía Vittoria, una mujer despreciada por su familia por su carácter vulgar y rebelde. Giovanna decide conocer a su tía y se adentra en un mundo desconocido para ella, el de los barrios bajos de Nápoles en los 90’s, donde la vida se manifiesta de formas insólitas y provocadoras.
La serie tiene una narrativa sutil y extraña, que mezcla el realismo con el simbolismo, la inocencia con la sensualidad, la mentira con la verdad. Uno se siente atraído por la complejidad de los personajes, que no son ni buenos ni malos, sino humanos y contradictorios y una estética cinematográfica que me recuerda a Fellini. La serie también muestra el contraste entre la Nápoles refinada y culta de los barrios altos y la Nápoles popular y vibrante de los barrios bajos, donde el arte se expresa en las calles, en las iglesias, en las fiestas y en los cuerpos.
La vida mentirosa de los adultos es una serie potente que cuestiona las apariencias, las convenciones y las normas sociales. Es una serie que habla de la construcción sensible de la identidad llena de incertidumbre, dudas y dolor, como una forma de liberación, de resistencia y de transformación.
La serie es un paseo sensible, hermosamente contado, que en mi caso me llevó a repensar como fue esa construcción identitaria en mi, como fue ese transcurrir de aventura en una ciudad como Caracas, también en los años 90.
Los invito a verla y a comentar qué logró moverles de esta hermosa historia.