¿Revolución es…?, o el discurso de la vacuidad/ El viraje documental de Luis Cobelo
Revolución es…2 from Luis Cobelo on Vimeo.
Otro modo de Documentar
Los modos de representación contemporáneos en los campos de la visualidad, de carácter documental, despliegan un amplio abanico de realidades que parecieran, o por los momentos parecen, haber perdido la fe en los relatos de emancipación, de desarrollo y de bienestar, junto al consabida narración de la ansiada libertad como espacio de reto o valentía de territorios o naciones que han decidido cobijarse bajo los mantos de la autodeterminación, de una totalidad que los conduce a los persistentes discursos de la resistencia en cuanto a los poderes imperiales de un viejo orden mundial, que pivotaba en medio de dos centros en pugnacidad permanente, y en los que se toman de manera intencionada determinados fragmentos de la realidad como verdad para con ellos negar otros.
De allí, que se nos presenten nuevos modos de documentar, disímiles, que visualmente nos trasladan por narraciones que tratan de generar “una nueva valoración de lo ético y lo estético mediado por una articulación específica de lo documental (…) un modo que crea el espacio para un encuentro ético entre el espectador y el otro, un espacio en el que la verdad no es un abstracto (…) sino un modo de verdad (…)” (Guasch, Anna: 2016, p.355), que surge de la necesidad de comprender cómo sucede el vaciamiento de las promesas relatadas por los discursos constituidos como verdad, observarlos y captarlos en su afectación dentro y fuera de la sociedad.
Promesas y discursos constituidos en su repetición permanente, y más ante una actualidad que manifiesta de manera continua desplazamientos, territorializaciones y desterritorializaciones de discursividades de poder y de verdad que de forma incesante se reconfiguran, se rehacen, se reconstruyen en medio de una globalización concebida como una noción generadora de nuevos campos de sentido, en los que surgen profundas contradicciones en cuanto sus ejes conceptuales, si por un lado las realidades globales aparentan ser más abiertas y flexibles, por otro existen espacios físicos y de sentido que aún mantienen sus anclajes de totalidad dentro de los procesos que hoy en día configuran situaciones antagónicas dentro de
(…) «las utopías de la globalización» (…) aquellos procesos culturales que acercan los tiempos y los espacios (y que darían cuenta de conceptos como translocal, desterritorialización, cultura líquida, teoría de las esferas, glocalismo), mientras que otros aluden a sus contradicciones (movimientos sociales de resistencia social y ciudadana de una sociedad sin utopías y una historia como «no lugar» (…) (Guasch, Anna: 2016, p.87)
Estos antagonismos constituyen la imperiosa necesidad de construir y componer otros modos de observar y de irrumpir en esa realidad creada por fragmentos de verdad y poder, de suspenderla temporalmente de las ataduras normativas por un ojo observante, consciente de la intensidad de los supuestos reales de esas promesas irresueltas, que no las toma para producirlas, como verdad documental, como documentalidad, sino que se presenta como un sujeto reflexivo de sí mismo, de lo otro, por medio de una objetividad clarificada por las múltiples ambigüedades presentes
(…) en la disyuntiva que se produce entre una voice over que sabe demasiado y una imagen que habla por sí sola sin conocerse a sí misma. O en una situación que contenga una disyuntiva interna: en la confrontación de un fervoroso creyente en el comunismo con una burocracia de estado socialista y el nacimiento de la regla del terror. O en la disyuntiva entre lo representado y su presencia, entre la figura heroica del trabajador y los seres humanos, en absoluto heroicos (Steyler: 2009, p.4)
Historias, países, ciudades, seres humanos, que han quedado anclados en otros tiempos, para nada heroicos sino subordinados a estrategias de poder y de verdad, como protagonistas extravagantes de una llamada de atención virtuosa que intenta, por medio de los discursos, trascender sus marcadas geografías, que se enfrentan a la transparencia/opacidad de la globalización y del cómo ser contados dentro de ella a través del ser arrancados de su contexto, en medio de la cacofonía de sus arengas, repetidas, manidas y en muchos casos vistos desde el romanticismo de una resistencia a imperios que ya han sido desbordados por nuevas formas de intercambios y de dominios más silentes, que emergen en medio de una movilidad que acusa de otro tipo de reciprocidades económicas, sociales y culturales.
Dónde se encuentran estas historias de «no lugares», que se hallan suspendidas en las promesas de un tránsito hacia el bienestar, hacia la salvación, hacia la revolución, en medio de un discurso que una vez definió a la esperanzadora revolución como:
Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia, inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas. Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo. (Castro: 2000, en línea)
Ideales que se conjuntan dentro de un heroísmo repetido hasta la saciedad, que en la actualidad emerge como una atopía, un fuera de lugar percibido y considerado dentro de una excentricidad discursiva, que ha tomado los caminos de una salvación universal, un no lugar generado por medio de los entramados de un poder omnipresente, conocido como la sempiterna Revolución Cubana, que ha extendido durante décadas un sistema ideológico basado en la construcción de verdades únicas, producidas y elaboradas desde la objetivación de un sistema político, el comunismo, en el cual determina
(…) su régimen de verdad, su “política general” de la verdad, es decir, los tipos de discurso que acoge y hace funcionar como verdaderos o falsos, el modo cómo se sancionan unos y otros; las técnicas y los procedimientos que están valorizados para la obtención de la verdad, esto es; el estatuto de quienes están a cargo de decir lo que funciona como verdadero. En el lugar y el momento en que se produce una verdad –y, en consecuencia, se excluye y silencia otra-, se establecen reglas del juego, se inducen formas de subjetividad, también se está ejerciendo el poder en una determinada dirección. Por lo tanto, detrás de los saberes y sus discursos de verdad, se encuentra el poder. (Vásquez Rocca: 2012, 163)
Un régimen, que repite su verdad de manera continua, en la que la población observada como masa, se le debe llenar de contenidos, se le permite por medio del status del saber ideológico, imperante e impuesto, la repetición continua de sus discursos, que provenientes de un autor divinizado por el sistema, pasan a convertirse en las oraciones del fiel creyente de una aparente realidad, construida por una promesa controlada, seleccionada y distribuida por medio de otros tipos de dominación subjetivada que pretenden ser resistencia en su localidad insular a los poderes del afuera.



Una realidad insular que aún contempla al mundo en bandos, sin tomar, al parecer, en cuenta los procesos de globalización y de intercambios de capitales que movilizan al orbe en la actualidad, pues, en un supuesto alejamiento del resto de las realidades globales, la Revolución Cubana mantiene sus preceptos de puertas hacia dentro, pero hacia afuera opera su expansionismo e intercambios comerciales, ya sean materiales o inmaterial.
De igual manera, continua la visión de ser uno de los últimos reductos de resistencia comunista luego de operada Caída del Muro de Berlín en 1989 y de la disolución de la Unión Soviética entre los años de 1990 y 1991, hechos que cambiaron el mapa político y sus centralidades mundiales el pasado siglo, y de ser el país que conserva el exotismo de un paraíso lleno de mulatas de fuego, de ritos afrocubanos, del buen humor y la felicidad de sus pobladores en medio de una temporalidad estancada y hoy convertida en un parque temático de celebridades y pasarelas de moda[1].

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“Cruise”: Desfile de moda en La Habana, Cuba (2016)
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“Cruise”: Desfile de moda en La Habana, Cuba (2016)
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Esta ambigua insularidad, esta vacua revolución de no lugar, atópica, ha asentado sus bases bajo el poder de su verdad, que en “los requerimientos de un cambio, de un giro de los valores (…) Se permitirá (…) «decir la verdad a los que todavía no la veían y en nombre de los que no podían decirla»” (de la Nuez: 1998, p.53).Relatar estas verdades, desde las deslocalizaciones que en ellas subyacen hacen posible la descontextualización significante de las mismas, por medio de un viraje o una fractura con la documentalidad instrumental, productivista de la verdad del poder, para con ello hallar en el discurso de lo qué es la Revolución Cubana la evidencia del vacío a partir de estrategias como la repetición discursiva, realizada por el personaje común, que es capaz de liberarse temporalmente de las ataduras de la verdad instituida.
¡Viva Fidel! Oye mi inspiraste pa’que tú sepas. Acabaste conmigo
Los virajes documentales contemporáneos hallan su asidero en otros modos de captación de la realidad a la que acuden problemáticas diversas, lejanas a las verdades constituidas, pues lo que se busca de manera intencionada es la evidencia de los vacíos, de los agujeros abiertos por la misma institucionalidad del poder, poner en evidencia a los sujetos y al sistema de poder/dominio, que como documentos pueden ser síntomas y presencias de análisis en tanto a realidades diversas, seleccionadas por medio de estrategias retoricas con las cuales generar un testimonio visual de verdades fragmentadas, apropiadas, dirigidas hacia la búsqueda de una sospechada autenticidad, existente en la situación de la población cubana actual, para con ello hallar las demandas de una sociedad que se nos presentan en la repetición de un discurso vaciado de sentido, y con ella trascender lo que el mismo puede poseer en su poder de significancia y de identificación.
En este sentido, es elaborado el viraje documental por el artista Luis Cobelo (Venezuela-1970- ), el cual de manera consciente acciona la “intensidad de un «real», una activación de lo verdadero en lo actual, es decir, una acción que lo presenta. Una vuelta a lo real que implica un retorno al problema de la política y de la estética, siempre circunscrito a la idea del presente” (Guasch: 2016, p, 355) de una narrativa instituida por la Revolución Cubana en la actualidad.

Cobelo, premeditadamente vacía a la narratividad revolucionaria por medio de la estrategia de una repetición retórica de las imágenes y de los sonidos de un discurso realizado por Fidel Castro, el 1° de mayo del año 2000, el cual puede ser
(…) definido de acuerdo con una sencilla relación de transitividad: existe el poder de controlar el discurso, el discurso controla las mentes, las –que a su vez– controlan las acciones, de allí que quienes controlan la formulación y circulación de discursos -esto es, quienes los legitiman-también controlan las acciones de las personas. El poder, sin embargo no es absoluto, puesto que ningún grupo o institución controla totalmente todos los discursos (…) (Vásquez Rocca: 2012, 164)
Y de allí la posibilidad de abrir una lectura visualizada, confusa de los discursos, a partir de los simples elementos subjetivos, utilizados, capaces de rebasar
(…) el significado que se le supone a las imágenes, su función como instrumento de educación y control. Su verdad, antes que ser producida, surge de una ruptura con su situación o contexto original. Esa ruptura suspende temporalmente las ataduras con el poder y el saber. Nos impacta porque sus significados se contradicen y no pueden ser resueltos bajo una sola interpretación.” (Steyler: 2009, p.4)
En este sentido el artista nos presenta una complicación que permanece irresuelta, pues apenas anclados en un contexto físico, los personajes dispuestos para la interpretación/repetición discursiva no reproducen una aparente realidad, sólo ellos sobre intencionados fondos deteriorados, con imágenes referentes a los signos de la Revolución, en medio de una pertenencia precaria, y donde los elementos que nos sorprenden evidencian la desavenencia con el discurso que repiten de manera continua, aprendido de tanto escucharlo, de tanto existir en la vacuidad de las promesas.

¿Revolución es…? realizada por el artista en La Habana-Cuba en 2016, nos descubre personajes comunes, lejanos de toda heroicidad. Personajes que por un momento presentan una verdad no producida por ellos, pues, no es su verdad, es la aprendida por ser la proveniente de la verdad/poder, lo que ocasiona el ruido en las existencias que aún no se sienten parte de esas verdades heroicas que pretenden traspasar su geografía insular.
Cobelo plantea en su viraje documental, otro modo de observación de un fragmento de la realidad cubana actual, una vuelta de tuerca a los discursos impuestos, una mirada sobre ellos, sobre aquellos que deben internalizarlos y otra sobre sí mismo. Viraje de visualizaciones conscientes sobre los que argumenta lo siguiente:
Pienso que los líderes nos engañan una y otra vez con sus diatribas histéricas de poder, haciéndonos creer que lo que dicen es la razón absoluta, como si fuera la palabra de Dios te alabamos señor.
Mi intención, con este video es ironizar sobre el hecho de que al final todo se convierte en paja incomprensible que se la lleva el viento y que se desintegra en el tiempo. Algo inasible. Demuestra el fracaso de ideas ridículas, que alimentan espíritus pobres carentes de sentido común que el hambre y la costumbre les ha dormido. Toda sentencia se convierte en verdad, y se utiliza para convencerlos(nos) de que están en lo correcto aprovechándose de esa falta de lo esencial.
Los dictadores son expertos en disminuir, minimizar y aniquilar intelectos, subestiman todo para convertir en borregos a sus seguidores, que siguen la vara del pastor hacia la paja, de cualquier calidad. El cubano posee una fe poderosa y son creyentes de lo irreal, de lo descabellado. Es digno de admirar. Poco culpables de nada, son personas con sentimientos nobles, como los de cualquiera.
No son ni menos ni más, sólo viven en una obra de teatro, creada y monitoreada por los guardianes de la verdad tiránica.
¿Revolución? es muy soberbio predicar un concepto propio de la misma cuando no se aplica en la realidad. Creo que las verdaderas revoluciones son más poderosas si son internas y se obra en consecuencia. (Cobelo, 2016, en línea)
Es a partir de la necesidad de comprender el porqué de estas situaciones en el presente que el artista activa estrategias documentales particulares y críticas, en la que el formato del video funciona como el soporte de dicha documentación, en el que emerge la ambivalencia discursiva y visual de las promesas revolucionarias y de sus inalcanzables aspiraciones.

Los personajes de ¿Revolución es…?, se nos muestran en la desnudez de su precariedad individual, expuesta en pequeños lapsos de tiempo en los que como actores expertos interpretan un discurso no reflexivo sobre su condición, no narran una verdad que les es propia, ni una verdad prístina, documental, promovida por un órgano de poder/saber/verdad, pues,
Quizá la verdad documental no pueda ser producida, de la misma manera que la comunidad tampoco puede serlo. (…) Esta verdad no es producida. No puede ser calculada, fabricada o anticipada. Deviene un factum verum, un hecho verdadero precisamente por estar (…) por hacer, por suceder, por ser contingente e incontable. En este caso, lo real no es un efecto (…) que haya de ser producido, sino un hecho que requiere ser comprendido. (Steyler: 2009, pp.4-5)
La presencia continua de discursos impuestos en el contexto cubano actual, pretenden atar a las subjetividades individuales y colectivas, de seres cotidianos, a través de verdades producidas, que se enfrentan con sujetos que no hallan respuestas en la grandilocuencia proveniente del poder, impregnada por una política de verdad que procura permanentemente extender sus formas de dominio más allá de sus frontera, mientras se mantiene atado al interior insular en medio de un orden férreo en el que la
Revolución cubana se erigió como una respuesta continental a las hipotecas de la modernidad (…). Cuba igualó los términos modernidad y emancipación, siempre a partir de un empuje rupturista. Ya consolidado el programa revolucionario, encontramos los requerimientos de un componente reaccionario. (…). Entonces por un acto de prestidigitación, una revolución antimoderna (…) (en la expresión real y precaria) no escogió otro destino más que permearse del discurso que estaba negando (de la Nuez: 1998, p.57) y que ahora se manifiesta en la ambigüedad de sus contenidos, de sus viejas y deseadas significancias, en medio de un discurso que se ha tornado superficial, que sólo halla su anclaje en la repetición de su valentía revolucionaria y su papel de salvación, con una duración indeterminada, pero con la cual proyecta la seguridad de mantenerse, de colocarse como un ente sobrehumano y superestructural sobre otras realidades, pues, continuamente desarrolla su actividad de convencimiento de la población por medio de una inquietud discursiva, de sospechar su merma por las dominaciones y servidumbres causadas, y donde tantas palabras encadenadas en el vacío acometen la tarea de la elaboración de verdades controladas, seleccionadas y distribuidas por los procedimientos de adecuación social que poseen la función de mantener al límite los acontecimientos y los sucesos azarosos de comunidades que no pueden ser reducidas a un régimen de verdad única.
Es allí, donde la narrativa oficial como instrumento de contención de las subjetividades individuales y colectivas comienza a desfigurarse en la visión realizada por Cobelo determinada en un Factum verum, una manera de comprender ciertos fragmentos de la realidad, que están, que suceden, fuera de las producciones de imágenes documentales, provenientes de las normativas y de sus consecuentes disciplinamientos, ya que en ¿Revolución es…? se manifiesta una composición de verdad, una “(…) verdad puede ser producida, y siempre será producida, dado que las imágenes, por lo general, son producidas por alguien o algo. Pero si se da una ruptura repentina con la situación en la que se producen, entonces esa verdad también puede sencillamente suceder”. (Steyler: 2009, p.6)
Cobelo nos conduce por imágenes y sonidos de un discurso que se yuxtaponen, se cancelan, dentro del continuo hablar y encadenar a modo de codas un vacío discursivo, un ruido y unas imágenes que se duplican, se repiten una y otra vez de manera agobiante, para funcionar como política del no sentido, de la no comprensión, una cacofonía que retumba al discernimiento, para con ello desplazar lo único del discurso divinizado y acceder al campo de otros que remachan una y otra vez el discurso fidelista: “Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos…”, sin un cuestionamiento o reflexión aparente del trato que ellos mismos reciben como población.
La estrategia utilizada por el artista se encuentra centrada en la redundancia discursiva, con ella guía la comprensión del vacío de las promesas revolucionarias, hoy extendidas a otros territorios y aún consideradas en la posibilidad de su resistencia atada a tiempos de realidad desprendidos de la globalidad actual, pues en la insularidad y sus límites precisos, emerge la ruptura dentro de la misma ambigüedad que ella representa.

Cuba hoy se nos muestra entre la libertad de un parque temático, de abrir, en apariencia, sus fronteras de intercambio y de desplazamiento humano, pero a la par presenta un férreo orden de control en el que se hace evidente la imposibilidad de apresar las circunstancias del presente, tal como lo comprende Cobelo en medio del vaivén experienciado entre promesas y finales continuos, coreados por los personajes que como fieles creyentes rezan las oraciones escritas por el poder/verdad: “Revolución es unidad, es independencia, es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo…” (Castro, Ob. cit).

El viraje documental compuesto en ¿Revolución es…?, se encuentra anclado en un fragmento de la realidad, un fragmento no normatizado por la práctica de la documentalidad proveniente del poder/verdad. Si bien el mismo constituye una relación entre palabra y visualidad, entre discurso y vaciamiento, nos presenta otra organización de las oraciones, de los personajes que las actúan y las modulan, de los espacios físicos en los que activan su reproducción discursiva, desnudando con ellos la grandilocuencia revolucionaria, y en este sentido Cobelo nos presenta lo que los sujetos cotidianos son y lo que tienen que decir en el presente ante las promesas incumplidas, y allí nos topamos con nada, ruido de frases una sobre otra sin sentido aparente.
Luis Cobelo no nos conduce por el camino de lo instituido, pues su intención no es hacer realismo, como tal, documental, como tal, que muestre lo que queremos ver de la supuesta claridad mitificada de la Revolución Cubana, su interés no es ese, es una necesidad imperiosa de compresión crítica y reflexiva sobre diversas intensidades de lo real, determinada por un relacionalismo en el que la cuestión central se encuentra en el presentar fragmentos de una realidad producida por él, vista y comprendida por él a partir del Factum verum con el cual exterioriza su deseo de transformar de manera consciente el conocimiento sobre las relaciones sociales, históricas y materiales de un fragmento de la sociedad cubana en la actualidad y al final el artista presenta la ruptura en su viraje documental. Fuera de la repetición y de la yuxtaposición de imágenes y sonidos, uno de sus personajes, ante la oportunidad brindada de poder actuar, expresa con alegría, saliéndose del orden del discurso:
¡Viva Fidel! Oye me inspiraste pa’que tú sepas. Acabaste conmigo.
[1] Con el corazón de la capital cubana privatizado brevemente por una corporación internacional bajo el ojo vigilante del estado cubano, la premier de la línea de Chanel “Cruise” 2016/2017, ofreció un espectáculo sorprendente en un país oficialmente dedicado a la igualdad social y al rechazo de la riqueza material, de acuerdo al director creativo de Chanel, Karl Lagerfeld. Cientos de agentes de seguridad mantenían a los cubanos ordinarios detrás de las líneas policiacas a cuadras de distancia, los actores Tilda Swinton y Vin Diesel, la supermodelo Gisele Bündchen y las estrellas musicales cubanas Gente de Zona y Omara Portuondo, observaron a las hermosas modelos desfilar por el bulevar en ropas de verano casuales inspiradas aparentemente en la elegancia art deco de la Cuba pre-revolucionaria. (Ver: http://freeweblog.tk/post.php?463=100675)
Bibliografía
Badiou, Alain (2006): El siglo, Buenos Aires, Manantial.
Cobelo, Luis (2016): “Reflexiones”, correspondencia personal con Elizabeth Marín vía email. (En línea)
De la Nuez, Iván (1998): La balsa perpetua. Soledad y conexiones de la cultura cubana, Barcelona, Casipea.
Guasch, Anna Maria (2016): El arte en la era de lo global 1989/2015, Madrid, Alianza Forma.
Foucault, Michel (1992): El orden del discurso, Buenos Aires, Tusquest.
Modak, Frida (2005): “Revolución es cambiar todo lo que debe ser cambiado”, en: alainet.org, http://www.alainet.org/es/active/46194, (en línea) (Consultado 12/10/16)
Steyerl Hito (2006): “El lenguaje de las cosas”, en: eipcp.net http://eipcp.net/transversal/0606/steyerl/es/print, (en línea) (Consultado: 09/10/16).
_____________ (2009): “Documentalismo como política de la verdad”, en: cinepolitico.com, http://cinepolitico.com/blogs/arditodocumental/2009/06/08/documentalismo-como-politica-de-la-verdad/, (en línea) (Consultado: 07/10/16).
_____________ (2011): “Incertidumbre documental”, en: Re-visiones, http://www.re-visiones.net/spip.php%3Farticle23.html, (en línea) (Consultado: 06/10/16).
_____________ (2009): “La verdad deshecha Productivismo y factografía”, en: eipcp.net, http://eipcp.net/transversal/0910/steyerl/es/print, (en línea) (Consultado: 09/10/16).
Vásquez Rocca, Liliana (2012): “Microfísica del poder y biopolítica en Foucault: posibles correspondencias con las antropotecnias y heterotopías en la Hiperpolítica sloterdijkdiana”, en: eikasia. Revista de filosofía.org, 163, http://www.revistadefilosofia.org/46-09.pdf, (en línea) (Consultado: 10/10/16).
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